domingo, 22 de mayo de 2011

De Diógenes Cachilos y Quijotes

Los crotos (los croto-perro) son seres que viven en las calles por renuncia a los cánones sociales; eligen la vida sin-hogar como vida libre, son lúcidos, cultos y transgresores.

Diógenes de Cínope fue el mas célebre filósofo cínico. Llegó a Atenas siendo discípulo de Antístenes y alli vivió como un verdadero croto: vivía en las calles, dormía en los umbrales, las escaleras, o hasta en un famoso tonel; comía y bebía con las manos, vestía harapos, andaba junto a los perros. Gozaba fama y pregonaba su filosofía por la ciudad, declarando los bienes materiales y los mandatos sociales y religiosos como cadenas para el hombre. Como los sabios yoguinis indios renunciaba a lo convencional, a las necesidades que el hombre ha ido creando-dependiendo. El croto-perro  (Dionsio Luna) adopta instintivamente esta filosofía y anda por las calles de Rosario-u otra ciudad cualquiera- como Diógenes: libre, lúcido, independiente y sin tiempo.

Siglos mas tarde que Diógenes la literatura en español le regaló al mundo un personaje que también abandonaría las comodidades de su hogar y su posición y se largaría a recorrer los caminos, en busca de aventura, en plena libertad: el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, el mas célebre de los crotos literarios. Alonso Quijano es un apasible y culto hidalgo, lector frenético de la literatura caballeresca, que también un día abandona las ataduras sociales y se larga a habitar los caminos. En su salida es un airoso aunque flaco caballero, y con el andar de los meses, las aporreadas, las luchas contra sus propios gigantes, las inlcemencias de la intemperie, el hambre y la gente, se va transformando en un ser haraposo, flaco, maltrecho y dolorido: "el caballero de la triste figura".  Jamás claudicará sin embargo en su búsqueda de aventura y libertad, él también es un croto, un croto a caballo. Dionisio Luna, gran lector, es amante del Quijote y por momentos se mimetiza con el personaje; él también arremete tormentas, combate gigantes y endereza entuertos; él también recorre los caminos, sin escudero, pero con su imaginación como escudo y espada.

Como también usó de escudo y espada sus tizas y ceritas el más célebre croto rosarino: Cachilo, el poeta de los muros.  Barbudo, enropado, con bultos colgando de su cuerpo y con una gorra orejera que le daba el aspecto de un Sileno-cartero, Higino maltanares, alias Cachilo, dejó efímeramente marcada en las paredes de Rosario el mensaje que todos los crotos lanzan al mundo: marido/si no podes cuidar y defender a tu señora/mejor dejala/tu amigo  o sangre nos da el toro/leche nos da la vaca/argentino para que queres la vida/si has perdido la patria/donde vas a morir/si ya estas muerto en la cloaca o para/morir/por la patria/primero/hay que vivir o si los hombres fuesen todos militares/en el mundo no habría paz/tampoco maestros ejemplares u hombre pena/sangre y arena o lo que tenes/si vas a otro pago/lo perdes…y miles de escritos y dibujos, vanguardia del grafitti moderno, poética cruda y callejera que el tiempo, el viento y la lluvia han borrado pero que muchos artistas y pensadores han recuperado.
Dinisio Luna encarna estos y cada croto que habita, habitó y habitará las ciudades, libre, sin techo ni tiempo, como un verdadero ojo cínico de la sociedad.

sábado, 30 de octubre de 2010

Nota en el Página/12 por Edgardo Pérez Castillo

El sábado 30 de octubre en el diario Página/12, suplemento Rosario/12, por motivo de la presentación en el Teatro del Rayo el domingo 31 de octubre, el periodista Edgardo Pérez Castillo publicó la nota: "La poesía de Cachilo sube a escena".

"Inspirado en Cachilo y sus poesías, en la filosofía de Diógenes y en El Vagabundo de Charles Chaplin, el actor rosarino Lautaro Lamas volvió a encontrarse con Dionisio Luna, el personaje que creara hace ya algunos años y que hoy lo devuelve a la escena teatral con un nuevo unipersonal, Un croto. Anunciada como "obra teatral audiovisual", la puesta brindará mañana una función especial, cuando a las 21 se presente en el Teatro del Rayo de Salta 2991."